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martes, 16 de agosto de 2011

Recuerda que las emociones son tu medidor para saber si algo va bien o va mal

Las emociones, los sentimientos y estados de ánimo, están atados de la mano, por lo que si las emociones son positivas, los sentimientos y estados de ánimo también lo serán, sin embargo, voy a explicar brevemente la diferencia entre ellos, ya que al final los sentimientos y los estados de ánimo son los que perduran en nosotros y hacen la diferencia entre el bienestar y el malestar.
Las emociones, son un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales que se producen en el cerebro y se propagan en nuestro cuerpo cuando hay un estímulo (por lo general externo). Son un mecanismo de sobrevivencia y son un estado de corta duración.
Los sentimientos, son estados de larga duración. Son el resultado de las emociones a través de los cuales el sujeto es consciente de su estado de ánimo. O en otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas que determinan nuestro estado de ánimo.
Los sentimientos son también conductas aprendidas a lo largo de la vida, producto de la socialización. Cuando los sentimientos son sanos, el estado de ánimo alcanza la felicidad. De lo contrario, el estado de ánimo no está en equilibrio y surgen trastornos en las personas, como la depresión, por ejemplo.
Al final de cuentas, lo que me interesa que comprendas es que los sentimientos son reacciones que eliges tener. Las emociones básicas quizás no, porque fuimos dotados de ellas con fines de sobrevivencia. Por decir el miedo, el cual produce una reacción química en todo nuestro cuerpo que hace que se libere adrenalina, la que a su vez nos prepara físicamente para reaccionar rápida y agresivamente ante una situación de amenaza o de peligro. No podemos ni debemos controlar esta reacción en nuestro cuerpo. Lo que si podemos controlar es el sentimiento que se genera posterior al miedo. Tenemos la opción de una vez superado el elemento que nos provocó el miedo, tomarlo como aprendizaje y cambiar de canal o quedarnos
con el sentimiento de ansiedad, desconfianza, nerviosismo, inquietud, preocupación, aprehensión, o incluso generar una fobia o estados de ánimo permanentes como la depresión que menciono párrafos atrás.
Recuerda que las emociones son tu medidor para saber si algo va bien o va mal, por eso hasta las emociones negativas nos son tan útiles, ya que gracias a ellas podemos enmendar el camino.
Lo que hay que hacer es aprender a controlar los sentimientos y estados de ánimo que pudieran generarse a partir de tus emociones, si logras hacerlo, entonces difícilmente tendrás reacciones basadas en emociones negativas. Cuando aprendas que puedes sentir lo que tú eliges sentir, empezarás a encaminarte por el camino correcto, ya que al estar basados en emociones positivas y de bienestar, tus pensamientos siempre serán positivos y por lo tanto seguramente también lo serán todas tus decisiones.

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